Te guardo en mi corazon

Dicen que las mujeres guardamos de todo. ¿Quién de nosotras no ha guardado alguna vez una caja de zapatos para poner algo dentro de ella?

Una caja de zapatos es útil para guardar infinidad de cosas. Sirve para fungir de costurero, también para guardar fotografías, cartas y tarjetas de cumpleaños, San Valentín o Navidad. Sirve para guardar recuerdos pequeños, pero con un gran significado. Una caja de zapatos puede guardar los más increíbles secretos de una mujer.

La forramos con el papel más lindo que encontramos y adornamos las orillas de la tapa con un encajito, le ponemos adornitos o lo que se nos ocurra para que se vea linda. Y si queremos ser todavía más coquetas, forramos el interior con terciopelo y echamos dentro unos cuantos pétalos de rosa o de esas hojitas perfumadas que vienen en las bolsitas aromáticas. Y así, transformamos una simple caja de zapatos vacía, en una bella cajita de los recuerdos o de las costuras y además ¡reciclamos!, cosa tan importante en estos días.

Se podría conocer a una mujer según lo que tenga guardado en una caja de zapatos. Se puede saber lo sentimental que es, lo romántica, lo detallista o lo desordenada que es, e incluso se pueden conocer sus secretos. El contenido de una simple caja de zapatos refleja la sensibilidad y creatividad de su dueña.

Algo que se puede asegurar es que ninguna mujer forraría y adornaría una caja de zapatos para guardar arañas, bichos, sapos o culebras.

No, a las mujeres nos gusta guardar cosas bonitas o cosas que nos sirvan para hacer nuestras manualidades o costuras o para guardar recuerditos. ¡Qué hermoso sería que en nuestro corazón sólo guardásemos cosas bonitas!… Pero a veces guardamos horribles sapos y culebras allí!, como odio, deseos de venganza, rencor, amargura, etc. ¿No es más valioso nuestro corazón que una simple caja de zapatos? Entonces guardemos en nuestro corazón sólo las cosas bellas, guardemos mucho amor, bellos recuerdos, bellos sentimientos, lecciones de vida, etc. Saquemos todos esos sapos y bichos feos de nuestro corazón, hagamos una limpieza general de sentimientos negativos y convirtámoslo en una hermosa cajita para guardar todo lo bello, todo lo amable, todo lo sano, todo lo puro.

Si nuestro corazón atesora sólo cosas buenas y positivas, se reflejará en nuestro rostro y en nuestra salud. Un corazón limpio de impurezas nos hará sentir más cerca de Dios.