miércoles, 10 de junio de 2015

La decision que determina mi felicidad

¿Con qué frecuencia tomas decisiones importantes?
¿Qué decisiones importantes retrasas? ¿A quién le otorgas el poder de elegir por ti?
A medida que crecemos, la vida nos obliga a madurar, a veces lo hacemos de forma natural, y otras, por medio de golpes que nos alientan a tomar conciencia de aquellas cosas que están a la vista y sin embargo nos pasan desapercibidas.
Las decisiones que hemos tomado en el pasado han dado lugar a nuestro presente. Y todas las decisiones, las del pasado y presente, condicionan nuestro futuro. Cada elección que hacemos es la causante de un devenir de hechos que marcan nuestra vida para siempre.
Desde pequeños nos alientan a elegir y a condicionar nuestras elecciones; por ejemplo, creemos que si somos lo suficientemente honestos para decidir algo, alguien puede salir afectado por nuestra decisión, así que elegimos lo contrario. Nos sentimos atadas frente a las elecciones de la vida, no las tomamos con total libertad, siempre preguntándonos cómo afectará a los demás, qué opción estaría mal vista tomar, qué pensarán… y así, nos vemos como simples victimas de nuestro destino.
Pero, absolutamente todo lo que nos rodea, nos pertenece. Sea una vida agradable o desafortunada, es producto de quienes somos en relación a las decisiones que somos capaces de afrontar. Omitir ser honestas, claras, directas, y fieles a nosotras mismas, también es una decisión que tomamos, aunque digamos que no.
El verdadero foco de saber qué decidir, cómo decidir, y cuando hacerlo; consiste en simplemente en preguntarnos: ¿Quiénes somos? ¿Estamos yendo hacia dónde queremos ir? ¿Qué cosas nos estamos atragantando?
Decidir es un verbo que requiere de tu acción, de tu movimiento, de tu deseo de salir de tu zona de confort, de la caja de tus creencias que te obstaculizan a alcanzar tus sueños.
¿Tienes poder para elegir? Claro que lo tienes, es un derecho divino, ahí radica tu libertad personal, independientemente de lo que suceda, siempre puedes elegir como sentirte al respecto; y entonces, tienes el permiso de sentir. Sí, sentir. Sentir es tu motor para decidir, para tomar decisiones. Escuchar tu corazón es fundamental para dirigir tu vida hacia el rumbo que desees.
Spinning starlight

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